Construir en lugares como Almuñécar o La Herradura, en pleno corazón de la Costa Tropical, tiene ventajas evidentes: un entorno privilegiado, vistas al mar, clima cálido… Pero también impone condiciones muy específicas a la hora de elegir los materiales. La humedad, la salinidad y la exposición solar hacen que no todo sirva, especialmente si queremos apostar por una arquitectura sostenible y duradera.
En zonas costeras los materiales se enfrentan a una combinación exigente que incluye: humedad constante, cambios térmicos suaves pero continuos, ambiente salino que acelera la corrosión y el desgaste y una intensa radiación solar durante la mayor parte del año.
Todo esto obliga a usar materiales que no solo resistan bien el paso del tiempo, sino que además tengan un impacto mínimo sobre el entorno.
En nuestro estudio utilizamos materiales que cumplan al menos estas 4 condiciones, necesarias para que funcionen bien en la Costa Tropical y sean sostenibles:
-Durabilidad en ambientes húmedos o salinos.
-Bajo mantenimiento a medio-largo plazo
-Origen local o reciclado, si es posible
-Buen comportamiento térmico (para reducir el consumo energético).
Algunos de los materiales que mejor funcionan en proyectos cercanos al mar y que cumplen con las condiciones mencionadas previamente son:
-Aislantes naturales como el corcho o la celulosa: aíslan del calor sin dañar el entorno. Son reciclables, transpirables y aportan confort térmico y acústico
-Vidrios bajo emisivos con filtro solar: permiten grandes superficies acristaladas sin renunciar a la eficiencia energética. Muy recomendables en viviendas abiertas al paisaje.
-Piedra natural local: Utilizar piedra del entorno (como caliza, pizarra o pizarra) reduce la huella ambiental y se integra visualmente con el paisaje. Además, es extremadamente duradera.
-Cerámica o gres extrusionado: Especialmente útil para exteriores: suelos, fachadas ventiladas o revestimientos. Resistente, antideslizante y con buenas propiedades térmicas.
